Santiago Chile, 18 de agosto 2011
Lo diremos sin rodeos: “Las licitaciones pueden causar un serio daño a nuestros trabajadores”. ¿Y por qué?
Es muy sencillo. De aplicarse la licitación y en el caso que una empresa pesquera que opera en la actualidad quedará fuera del sistema por no adjudicarse cuotas o menos de las que tenía presupuestada, esta compañía tendrá que terminar sus actividades o al menos parcialmente, lo que necesariamente significará el despido de trabajadores.
Al perder la licitación la empresa deja de producir, y también perdería la autorización de pesca de sus embarcaciones pensando en que una subasta bien diseñada incluiría en el precio de la cuota la propia autorización para salir a pescar. Ahora bien, la empresa que se quedó sin cuota dado que no tiene autorizaciones, podría abogar perfectamente causas de “fuerza mayor” para despedir a sus trabajadores, desligándola del pago de indemnizaciones por años de servicio y otros pagos a los despedidos. Así, lisa y llanamente, gran parte de nuestros compañeros podrían estar de un día para otros con los pies en la calle y sin ningún peso para sostener a sus familias. ¿Qué pasará con este trabajador? ¿Qué respuestas le podría dar el Gobierno a su situación? Que el Gobierno diga después, “es lo que la teoría económica dice que es lo correcto de hacer” no va a apaciguar la rabia de este compañero, eso se los aseguro.
Los que apoyan las licitaciones dicen que ellos también son capaces de generar puestos de trabajo. Incluso hablan de más de mil puestos por cada tonelada de cuota, lo que creemos es pura habladuría. ¿Acaso creerán que somos ignorantes y no sabemos cómo funciona el mercado laboral? Una persona despedida de una empresa ya establecida, que con su esfuerzo y trabajo en ella se había ganado importantes beneficios para él y su familia con el transcurso de los años, ¿creen que entrará a trabajar en una de las empresas entrantes en las mismas condiciones que en su trabajo anterior? Nada de eso, señores, partirá de cero y sin beneficios ya que así funciona el mercado.
¿Todo el trabajo de años arrojado a la basura? El peor de nuestros temores confirmados, eso es lo que traerían las licitaciones de pesca. Es por eso que decimos fuerte y claro: ¡No a las licitaciones!
Contrapech
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